Las palabras sin destinatario no son verdaderamente palabras. Si no
tienen eco, se pierden. Es como si nunca hubiesen existido. Es como
escribir al viento, al desierto, al abismo. Si nadie me escucha, más
vale seguir callada. Alguien debe escucharme. ¿ y quién mejor que tú?”
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(obra Eulàlia Valldosera) |