Lo sagrado y lo sensual/ sexual viven muy cerca el uno del otro en la psique, pues ambos entran en acción cuando el sujeto experimenta una sensación de asombro causada no por la intelectualización de algo sino por la percepción de algo que recorre los caminos físicos del cuerpo, algo que por un instante o en todo momento, ya sea un beso, una visión, una risa del vientre o cualquier otra cosa, nos hace cambiar, nos sacude, nos lleva a la cumbre, nos suaviza las arrugas y nos ofrece un paso de baile, un silbido, un auténtico estallido de vida.
En lo sagrado, lo obsceno y lo sexual siempre hay una risa salvaje esperando, un breve paso de silenciosa risa, o de desagradable risa de bruja, o un jadeo que es una carcajada, o una risa salvaje y animal o un gorjeo que es como un recorrido por la escala musical. La risa es la cara oculta de la sexualidad de las mujeres, tiene carácter físico, es elemental, apasionada, revitalizadora y por consiguiente excitante.Es una especie de momentánea sexualidad de la alegría, un verdadero amor sensual que vuela libremente, vive, muere y renace por obra de su propia energía. Es sagrado, porque es curativo. Es sensual porque despierta el cuerpo y las emociones. Es sexual porque resulta excitante y provoca oleadas de placer. No es unidimensional, pues la risa es algo que una persona comparte consigo misma, y con muchas otras personas. Es la sexualidad más salvaje de la mujer.