Duermen los peces bajo el asfalto gris de la
memoria. Sólo el jardín de Milo conoce los secretos de aquel invierno en el que
tú te convertiste en viento y yo en agua. Los amigos nos buscaron en valles
oscuros, en playas desiertas, en refugios escondidos. Pero los dos dormíamos,
como los peces, bajo el asfalto gris de la memoria, cerca de donde crecen las
manzanas azules y los días sin usar. Y si nunca existimos por qué se empeñan en
recordarnos, en buscarnos.
Marta Navarro, “Días sin usa
1 comentario:
Me gusta lo que escribes diferente
un abrazo desde el azul del cielo
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