2.3.10

geometría sagrada


¡El cuerpo nace nutriéndose del espíritu, como un punto sin principio ni final, crece y se desarrolla, toma ciertas medidas o formas, aquí más largas, allá más cortas, altas o bajas, anchas o estrechas y, a la postre, el cuerpo solo es como una malla calurosa en verano y fría en invierno, al cual la onda espiritual regala siempre mil y una experiencias variables y particularizadas!
Será sobre todo, a través de lo corporal y cerebral tangibles que el Espíritu, cual un socio impredecible de ambos, nos haga sentirnos partícipes de una geometría que,
desde tal punto, todo lo sepa y pueda abarcar.

1 comentario:

Malena dijo...

Bendita geometría que nos hace partícipes de la belleza del universo.

Mil besos y mil rosas, Angela.