9.2.10

danzar sin equilibrio


Las murallas altas de esta cárcel que enrosca nuestros cuerpos. Las paredes encaladas, engomadas, todo nuestro furor sobre estas paredes ardiendo.

Esperaba esto. Esperaba tu mano blandiendo en la oscuridad los cuatro deseos. Los cuatro temores. Esperaba la caricia precisa, al final. Las pestañas en el ángulo adecuado, el calor del vaho, el sabor de tu lengua amarilla, violácea. Mi nombre como una humedad que te persigue. Mi nombre siempre te perseguirá, cada amanecer, cada espera frente a una pared blanca, quizás.

Las huellas del amor sobre el piso, sobre el piso de astillas, los zapatos, la falda, la pequeña libreta de notas, en azul, todo esto en azul y tonos borrosos y sutiles de rosa Azul, blanco, rosa; siento que después de aquello tus colores permanecerán sobre mis uñas, sobre las marcas intolerables que dejaste en mi cuerpo.

Afuera todo puede parecer oscuro, las sombras no son ya más sombras sino piezas de luz engañadas por nuestro deseo. Nuestro deseo.........

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