24.10.09

Data ( Experimentar, Sentir, Pensar)



“La existencia, entendida en su concepción dual y contradictoria, no dejaría de ser un juego de tauromaquia cretense con todas o casi todas las pasiones, sabiendo siempre que cerrar las puertas al universo pasional es como no vivir, o lo que sería peor: como no sentirse un viviente. Aunque también sería no vivir el condenar las pasiones al territorio de la ajenidad y la irracionalidad pura, sin intentar iluminarlas desde dentro, pues una pasión no iluminada es una pasión perdida, por no decir desperdiciada hasta desde el punto de vista de la emoción, ya que no hay nada más emocionante para el cuerpo y el alma que iluminar una pasión tras haberla atravesado de parte a parte con los sentidos y la razón. Y atravesar una pasión no es hundirse en ella, es más bien lo contrario, ya que atravesar implica entrar en algo pero también salir, a veces de forma fulminante.

La vida no es vivible sin emociones, y sólo atravesando las pasiones y no evadiéndolas se puede llegar a la más intensa emoción: el pensamiento, quizás el más radiante hijo del deseo”.

Las experiencias del deseo. Eros y misos, páginas 208-209.
Jesús Ferrero

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